sábado, 26 de junio de 2010

Hoy les quiero compartir este escrito que lo hice hace tiempo.
Estaba hablando con una amiga y me hizo una pregunta que me hizo recordar  lo que había escrito. Cuando uno siente por la otra persona una inmensa amistad que por un momento se confunde y ya no sabés si lo que sentís es algo más que una fuerte amistad...

Cariño súbito

Hoy hablando contigo, te confieso sin preocuparme mi cariño, te digo que te quiero más que ayer. Insignificantemente parecen comentarios al pasar, mas no sé si me creerás, pero no por eso me siento muy contento, me siento un loco, innecesariamente ha surgido de mis emociones un sentimiento más dorado, y no tengo miedo, pero si preocupación de que sea más brillante de lo que algún día me hubiese imaginado que fuera, mis ojos le tienen miedo sí, no quisieran que demasiado brillo pueda hacerle deslizar en complicidad con mis palabras que se parecen a una enredadera especialmente reflexiva, mas regreso a creer que cada abrazo mío, inevitable, impulsivo lo hacen un poco más brillante. Sí, por favor, déjame abrazarte.
Hoy me siento como un tonto, pero a la vez me siento romántico, por la inusual manera de quererte de la cual  me he enterado súbito de mis breves palabras cuando la oscuridad de la noche estaba presente.
Ahora te escribo, y quiero decirte, bajo una tela invisible de secreto, con el más prohibido vuelo sigiloso de un pájaro, que te quiero muchísimo y espero que esta manera de quererte sea efímeramente.
Con cariño y descontrol: Yo

No hay comentarios:

Publicar un comentario