por Fernando Grécò
Yo era un chico de 18 años desinteresado por la política, como la mayoría de los jóvenes hace unos años. Jóvenes que sólo escuchábamos "no te metás nunca en política" "todos los políticos son corruptos" etc. Palabras que asustaban y reforzaban el desinterés político y que sin embargo, hoy pienso que exactamente esos mismos enunciados eran el principal motivo por el cual uno debería interesarse en política, es decir, que si toda la política es corrupta y tramposa sería el principal impulso del deseo de querer integrarse para cambiar la realidad social, para revertir esa situación y paralelamente adentrándose a una lucha "difícil" por la concepción no tan alejada de la realidad que nos dieron de la política, convirtiendo nuestra vida en una vida interesante y rompiendo el letargo diplomático social y juvenil en el que estábamos.
Es por esto que hoy, en una etapa donde empezamos a tener noción del mundo, nos damos cuenta que existe un futuro mejor en la Argentina y mirando no muy atrás en aquellos años en el que eramos chicos de 9 o 10 años más o menos, podemos ver lo que la gestión de un gobierno renovador y honesto como el que dirigió el ex-presidente Néstor Kirchner, más allá de su partido político (pero si fijándonos en su idiosincrasia y en los hechos reales) se podía volver a confiar en la política.
Hoy con la oportunidad de vivir esta segunda etapa con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner acompañados por la madurez y la noción social que antes no podíamos tener, es muy gratificante.
Más ahora que conocimos a un grupo de jóvenes que se reúnen a dialogar, interactuar y reforzar cada día las ideologías políticas y sociales, magnificando el tacto con la experiencia para con todas las cosas bajo las convicciones, acto que nos conceptuaron bajo el término de "militancia" podemos descubrir que más allá de las relaciones que hay para el ocio y el júbilo juvenil, también hay otro que trabaja con esfuerzo y con diversión para la sociedad y sostenidos bajo un compromiso social que sienten con un fervor en las venas. Admiración que personalmente me da ganas de ser uno de ellos.
Y es así como empieza mi interés y como el de muchos, es así como en este año electoral no nos influenciamos por nadie, sino que fuimos a cada acto político que pudimos de diferentes voces, partidos políticos y opiniones, sacando nuestras propias conclusiones, cotejando esos valores, porque los jóvenes no somos todos como nos pintan, hay jóvenes diferentes: entre ellos los que cada día estudian para ser profesionales, los artistas, los músicos, los deportistas, los militantes y tantos otros.
Finalmente este es mi testimonio, la voz de un jóven nuevo y kirchnerista como quizá la voz de otros que no sean kirchneristas, pero que en común estamos luchando bajo el afán de nuestras convicciones políticas y con la pasión de querer y mejorar el país en el que nacimos. Argentina
Yo era un chico de 18 años desinteresado por la política, como la mayoría de los jóvenes hace unos años. Jóvenes que sólo escuchábamos "no te metás nunca en política" "todos los políticos son corruptos" etc. Palabras que asustaban y reforzaban el desinterés político y que sin embargo, hoy pienso que exactamente esos mismos enunciados eran el principal motivo por el cual uno debería interesarse en política, es decir, que si toda la política es corrupta y tramposa sería el principal impulso del deseo de querer integrarse para cambiar la realidad social, para revertir esa situación y paralelamente adentrándose a una lucha "difícil" por la concepción no tan alejada de la realidad que nos dieron de la política, convirtiendo nuestra vida en una vida interesante y rompiendo el letargo diplomático social y juvenil en el que estábamos.
Es por esto que hoy, en una etapa donde empezamos a tener noción del mundo, nos damos cuenta que existe un futuro mejor en la Argentina y mirando no muy atrás en aquellos años en el que eramos chicos de 9 o 10 años más o menos, podemos ver lo que la gestión de un gobierno renovador y honesto como el que dirigió el ex-presidente Néstor Kirchner, más allá de su partido político (pero si fijándonos en su idiosincrasia y en los hechos reales) se podía volver a confiar en la política.
Hoy con la oportunidad de vivir esta segunda etapa con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner acompañados por la madurez y la noción social que antes no podíamos tener, es muy gratificante.
Más ahora que conocimos a un grupo de jóvenes que se reúnen a dialogar, interactuar y reforzar cada día las ideologías políticas y sociales, magnificando el tacto con la experiencia para con todas las cosas bajo las convicciones, acto que nos conceptuaron bajo el término de "militancia" podemos descubrir que más allá de las relaciones que hay para el ocio y el júbilo juvenil, también hay otro que trabaja con esfuerzo y con diversión para la sociedad y sostenidos bajo un compromiso social que sienten con un fervor en las venas. Admiración que personalmente me da ganas de ser uno de ellos.
Y es así como empieza mi interés y como el de muchos, es así como en este año electoral no nos influenciamos por nadie, sino que fuimos a cada acto político que pudimos de diferentes voces, partidos políticos y opiniones, sacando nuestras propias conclusiones, cotejando esos valores, porque los jóvenes no somos todos como nos pintan, hay jóvenes diferentes: entre ellos los que cada día estudian para ser profesionales, los artistas, los músicos, los deportistas, los militantes y tantos otros.
Finalmente este es mi testimonio, la voz de un jóven nuevo y kirchnerista como quizá la voz de otros que no sean kirchneristas, pero que en común estamos luchando bajo el afán de nuestras convicciones políticas y con la pasión de querer y mejorar el país en el que nacimos. Argentina
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